Los Grandes Condores
Reynaldo Martínez García
Reynaldo Martínez García ingresó al Club Cóndor en los años 50, a una edad aproximada de 18 años. Era muy dinámico en excursiones y de carácter alegre y jovial.
El 2 y 3 de diciembre de 1953 Reynaldo y Jesús Montenegro hicieron la Circunvalación del Cráter del Popocatépetl guiados por el Tte. Rogelio Ortiz Gálvez, miembro del Equipo Montañista Defensa Nacional, y el 5 y 6 del mismo mes de diciembre ascendieron al Pecho del Iztaccíhuatl, guiados por el Cabo Saúl Ramírez Galicia, también del Defensa Nacional (Boletín Cóndor de diciembre 1953 y enero 1954, págs. 2, 3 y 8).
En 1957 Reynaldo y su novia Carmen Espinosa, también socia del Cóndor, pidieron al recién ordenado P. Francisco Silva ofm que los casara, fue la primera boda que ofició el P. Silva.
Reynaldo conquistó en 1955 el Pico 15 en La Huasteca, junto con Antonio Castillo, Jesús Montenegro y Jesús Cedillo Peña.
Reynaldo fue Capitán y estuvo muy activo en excursiones hasta que obtuvo un nuevo empleo que lo obligó a emprender extensos viajes al extranjero durante muchos años, como jefe de una cuadrilla de construcción. Desde entonces ya no participó en excursiones.
A partir de los años 90 solíamos efectuar las cenas de aniversario y las posadas navideñas del Cóndor en casas de los socios. Como la asistencia a dichas reuniones era cada vez más numerosa y las casas no eran muy amplias, Reynaldo y Carmen ofrecieron al Cóndor su casa para estas reuniones, porque tenían en el jardín un lugar especialmente adaptado para reuniones numerosas. Fueron anfitriones del Cóndor en muchas ocasiones, pero no tenían contacto con el club fuera de dichas reuniones.
En 2007 Reynaldo y Carmen invitaron al P. Francisco Silva para que viniera desde Guadalajara a celebrar sus bodas de oro. Recuerdo que Reynaldo me llamó por teléfono y me dijo: “Tengo reservadas dos mesas para 10 personas c/u en el banquete para el Cóndor. Te voy a enviar invitaciones para que las repartas a 10 parejas para que vengan a celebrar con nosotros. Yo quisiera invitarlos a todos, pero estamos limitados en espacio”. Yo empecé a proponerle nombres de socios que tuvieron contacto con la pareja. Reynaldo me preguntó: “¿Quién es el presidente actual del Cóndor?” Yo le dije el nombre de un socio que no era de la generación de ellos. Reynaldo me dijo: “Invítalo también a él con su esposa”.
En conversación posterior, Reynaldo me confió que un amigo le había preguntado: “¿Cómo es posible que invites al banquete de bodas a gente con quienes no has tenido contacto durante 50 años, siendo limitado el cupo del salón de fiestas?” Y Reynaldo le contestó: “Es porque la convivencia en excursiones, compartiendo penalidades, alegrías, triunfos y fracasos crean lazos de amistad tan fuertes que el tiempo no puede borrar”.