Reseña de la Cruz del montañista
Por: Arq. Raul Alberto Pérez

Al llegar al puerto de la virgen avisamos por el grupo nuestra posición y en ese preciso momento me invadió la gran responsabilidad que venía en mí y sentir, una gran conexión y dialogo con ella, con la montaña, un dialogo silencioso que mantuvimos durante mucho tiempo, la voltee a ver y fue como si me preguntara ella imponente y majestuosa:
-¿Ya estas listo?-
-Sí. -Le dije-
Esto lo hacemos con gran respeto, déjame intervenirte, por favor permíteme hacer esto déjame poner una cruz, por favor dejamos hacerlo esta vez, no venimos en mala fe ni con malas intenciones, todo a bien, todas las personas que están conmigo creen en esto, dejamos hacerlo, nosotros te cuidaremos y lo haremos sin dañarte- Le susurre mientras escalaba el escalón.-
“Compañeros hoy es un día muy especial, hay que tener mucho respeto y cuidados excesivos a lo que estamos por hacer aquí arriba, pido que hoy sea un gran día y nos permita Dios, la naturaleza, la montaña y todos los medios que fluyan a favor para erigir una cruz en su cumbre".
Esto escribía en el grupo de WhatsApp el 7 de marzo del 2020 a las 10:32 am tuvieron que pasar 24 intentos, y en éste mi ascenso numero 25 al pico sur, cimentaríamos finalmente la estructura de la Cruz.-
Al pasar el escalón e irme y acercando cada vez más a la cumbre, el corazón me latía con un golpeteo en el pecho que retumbaba en todo mi cuerpo, me hacía sentir un estremecimiento interno que encendía mis visiones y sentidos, el aroma, todo el paisaje que en esa zona caminaba son voladeros, yo los trascurría y temblaba sin miedo, recuerdo el aire frio, y escucharlo, pienso hay alguien aquí y no soy yo, y lo recuerdo queriendo enpujarme al enfrente, como para no dejarme parar, diciendo:
-¡Sigue!, ¡Llega!, ¡Vamos!-, y lo recuerdo así, y me emociona esa sensación.
Me detuve y pedí al grupo compartieran la oración del montañista…
-y que hoy estemos todos protegidos-…
“Amigo del silencio, contemplador de estrellas”...
“que no me quede en la cumbre”... “Dame un corazón grande”, “Oh Señor de la montañas”…
Estaba seguro que ese sería el gran día ya no había más, arriba las condiciones estaban propias para llevarlo a cabo, aunque abajo pareciera estar nublado, todo el grupo estaba a la expectativa del procedimiento y los movimientos que realizáramos arriba ya todos comenzamos con la cimentación.
En mi asenso número 27, realizamos la segunda parte de la cimentación, no con menos entusiasmo y con el mismo respeto, eso si con condiciones ambientales un poco desfavorables, trabajamos entre nubes cargadas de agua, con unas rocas resbaladizas, sin dormir la noche anterior y totalmente remojados, procedimos con los trabajos y dejar prácticamente terminado el tema de cimentación.
En el ascenso 28 dimos los toques finales de pintado, armado y apretar todos los tonillos, así como trabajos de seguridad en el área del arco del triunfo y el paso del arrepentido, dejando todo listo para el ascenso numero 29 donde oficialmente será la inauguración de la Cruz y es ahí donde una vez dije; -Deseo tomar protesta cuando esté terminada e inaugurada la Cruz y con la seguridad que lo dije lo cumpliré y creo que ahora está en ustedes Club Explorado Condor aceptarme como miembro de este gran grupo.
Así comenzó todo…
En una ocasión del 2013 me entere que Club Explorador Condor con los que solía excursionar esporádicamente desde el 2012, deseaban levantar una cruz que habían puesto ellos mismos en el año de 1950 y se había caído recientemente, para ellos es un emblema muy importante y todo lo que en si representa, inmediatamente me intereso el tema y sin dudar quise participar y apoyar la causa e intervenir en lo que estuviera a mi alcance ya sea en cuestiones técnicas, sugerencias ó apoyo humano y físico.
Así es como comencé acercarme y escucharlos en sus juntas, y levantar la mano y hacer preguntas y opinar, con diversos enfoques sobre el tema entre que se pretendía levantar la misma que se había caído y restaurarla, o hacer un nuevo proyecto mediante un concurso de diseño abierto para elegir entre estética, hacerla más chica, más grande, forrada, de qué color, con materiales más ligeros como aluminio, y de un armado más sencillo con menos componentes, la ejecución, traslado y acarreo de materiales debería ser humano y con mano de obra de los mismos miembros del club o de la hermandad de montañistas, entre más se hablaba del tema más me interesaba participar.
Entre platicas y discusiones se tomó la decisión de hacer una nueva cruz copiando y mejorando algunos aspectos simples manteniendo en su originalidad, el tema siguiente era el proceso constructivo.
De igual manera bajo una lluvia de ideas se hablaba mucho de zapatas armadas, de anclaje con tornillos, de placas metálicas, de tensores, dados, de cambiarla de lugar, de hacer propuestas con diferentes diseños hasta llegar al más óptimo.
Es en aquí cuando se propone la idea estructural tipo “Florero de mesa”, también conocido como “árbol” ó de “bloque único mixto”, básicamente era colocar la estructura metálica de 8.5mts de altura, totalmente libre de tensores y de apoyos en sus costados, fijada únicamente en la parte inferior mediante un empotramiento por su base, agregándole peso a fin de incorporar una fuerza vertical estable, determinando la máxima presión mediante las condiciones de equilibrio, considerando el peso propio de la estructura, y el peso volumétrico de la cimentación.
Esta propuesta fue aprobada y así es como llego a formar parte del grupo y estar al cargo de la cimentación de la estructura de la cruz del montañista, siempre respaldado con guías y personas del club.
La primer fase fueron subidas de reconocimiento de rutas, limpieza de veredas, seguridad en puntos importantes, fabricación de la estructura, movimiento y traslado a pie del cerro, y el inicio de la cimentación con el método de compensación de cargas, para evitar desprendimiento o desplazamientos se socavo piedra natural del sitio y material suelto erosionado colocándolo a los costados, para reemplazar posteriormente por el mismo volumen haciendo una especie de equilibrio de cargas para evitar lo resintiera el picacho donde iba ser colocada nuevamente la Cruz, subida de materiales de arena, agua y cemento, muchos compañeros y socias del club llegábamos a cargar en promedio hasta 25kg de peso en la mochila, éramos verdaderos serpas en acción, se hacían grupos de 10, 12 personas algún par de convocatorias masivas con más de 30 personas reunidas con un mismo fin, y todo de manera controlada y con seguridad excesiva, en esta etapa a pesar de tener la mayor parte del materiales en la parte alta de la montaña no se pudo concluir por diversos factores.
En la segunda etapa se realizó la cimentación en dos fases, en sección irregular de 110cm de ancho por 80cm de altura, 40cm de altura cada fase, quedando enbebida la estructura en la base de la cruz en estos 80cm, se utilizaron 200kg de concreto de alta resistencia F´c=350kg/cm², 150kg de arena #4, 50lts de agua, 400kg de piedra grava de diferentes tamaños 2”, 4” y 8” y 15kg de acero de refuerzo de 3/8” colocados en un doble emparrillado, con anclas enlazado el primer colado con el segundo y con la estructura, postes y eslabones, y adicionando la colocación de anclajes químicos directamente en la roca estable, para realizar un empotramiento a la cimentación actuando como elemento único, como acabado final se decidió dejar roca al natural sin exponer ningún tipo de material ajeno, dando la apariencia de que la estructura la Cruz nace desde la roca misma simulando que siempre estuvo ahí.
No hice mención de personas en esta lista porque fueron bastantes las que acompañe y me acompañaron, ayude y me ayudaron, apoyo mutuo, todas dispuestas a dar forma y realidad a este proyecto que sería descortés no mencionarlos a todos, tengo tanto que mencionar sobre este tema y tantos nombres, rostros, momentos inolvidables que me llevo conmigo y quedan en fotos, videos y anécdotas que mencionar, aprendizaje, que solo me queda agradecer en alto de haber podido formar parte de este gran proyecto.