Los Grandes Condors
Jesús José Montenegro Rodríguez
Su Partida
Jesús Montenegro falleció el 6 de agosto de 1990 a la edad de 66 años, probablemente como consecuencia de un ataque de asma.
Su fallecimiento fue una inesperada catástrofe para el Cóndor, ya que él era la fuerza que daba consistencia al Club. Saúl Ramírez Galicia, su gran amigo y compadre, vino desde la Ciudad de México y organizó una Velada Literaria para honrar la memoria de este extraordinario ser humano.
Quienes tuvimos ocasión de convivir con Montenegro aún sentimos su presencia en el Club de sus amores, al cual dedicó 50 años de su vida.
Sus cenizas fueron llevadas al Pico Cóndor, al pie de la Cruz del Montañista, cuya conquista fue el mayor orgullo de Jesús Montenegro.
Narración de Don Eduardo Verduzco
En 1990 la salud de Montenegro estaba muy deteriorada. Padeció de asma a partir del fallecimiento de su mamá, Doña Lupita, y los médicos le dijeron que se abstuviera de acampar para no exponerse al aire frío. Esto disminuyó su participación en excursiones y posiblemente contribuyó, anímicamente, al deterioro de su salud.
Previendo su fallecimiento, Montenegro compró un paquete de servicios funerarios. Le confió a Heriberto Pérez Lara el lugar donde guardó la documentación de dichos servicios. Pero Chuy vivía solo y falleció en soledad el 6 de agosto de 1990. Cuando faltó a su trabajo sin dar aviso, el gerente de la empresa preguntó a Chuy Guerra si sabía algo de Montenegro. Guerra solicitó a la policía que procedieran a abrir la casa de Montenegro porque se pensaba que algo malo le había pasado. Al entrar encontraron su cuerpo sin vida. La policía "investigó" y en esa investigación desapareció la documentación de sus servicios funerarios.
El Club se hizo cargo de los servicios funerarios. En esa fecha, la opción menos costosa era cremar el cuerpo y se optó por ello. Primero se le veló en Funerales Modernos, ubicado en Pino Suárez frente a la Alameda. Luego se le ofició una Misa de cuerpo presente en el Templo de la Purísima Concepción. Posteriormente la funeraria cremó su cuerpo. Unos días después vino su gran amigo Saúl Ramírez Galicia a Monterrey y organizó una velada literaria en casa de la familia Sánchez de la Peña para honrar a Montenegro.
Se aprovechó la ocasión para decidir qué hacer con las cenizas de Chuy. Las opciones fueron esparcirlas en alguna cumbre. Se propuso el Pico Cóndor, el gran orgullo de Montenegro. El inconveniente era que muchas personas no podrían estar presentes allí, pero se votó y eligió esa opción como la que hubiera preferido Montenegro.
Los días 1 y 2 de septiembre llevamos las cenizas al Cerro de la Silla para honrar a Montenegro con una sesión solemne y luego esparcir sus cenizas. Pero estando arriba del Resbaladero empezó a llover y se tornó inseguro que el numeroso grupo subiera hasta la cumbre. Se designó una pequeña comitiva para este fin, y se solicitó al grupo de la LASEN, encabezado por Francisco Martínez Estrada, que diera seguridad a la comitiva.
La comitiva cumplió con su encargo y esparció a los cuatro vientos las cenizas de Montenegro, pero también depositó una parte de las cenizas en una grieta al pie de la Cruz del Montañista.
El resto de los asistentes llevó a cabo la ceremonia luctuosa en el lugar donde había estado la "Cabaña Montenegro" y se regresó al Resbaladero a esperar a los que habían subido a la cumbre.
Adjunto la reseña de esa Sesión Solemne Luctuosa en honor de Jesús Montenegro, quien no solo fue un gran maestro y amigo, sino también el Timonel que mantuvo firme el rumbo del Club Cóndor durante 50 años.
Ojalá continuemos manteniendo dicho rumbo sin desviaciones por muchos años más.
Club Explorador Condor
Fundado En 1940
El grupo que salió el sábado en la tarde se dio cita en el oxo a la entrada de Villa Las Fuentes a las 16:00 horas del sábado 1 de septiembre de 1990, Cuando llegamos Mario Presa y Eduardo Verduzco, ya se encontraban allí Elena Castillo, Luis Ossa, y su esposa Lucha, quien fue a despedirlo. En minutos llegó Chuy Guerra y su esposa Carmen, quienes nos hicieron entrega de la urna con las cenizas de nuestro compañero Jesús Montenegro.
Elena prendió al banderín del Club el crespón negro que me habían entregado Pocho y su esposa Tere, quienes se nos unirían al día siguiente. Nos dirigimos a la casa de Pepe Castillo, donde dejamos estacionada la camioneta, fuimos obsequiados con deliciosos vasos de agua con hielo, y dejamos dos cables que por su peso excesivo preferirnos Dejar por si acaso el grupo que saliera en la mañana deseaba llevarlo.
Salimos de casa de Pepe a las 17:15 horas. La tarde era despejada, calurosa y húmeda, pues 3 horas antes había caído copioso aguacero. Nos encaminamos rumbo al tanque del agua, y pronto encontramos la vereda que se interna hacia la izquierda en la parte superior de la colonia San Ángel. Al rato Elena reconoció la ruta que utilizamos en la excursión del 50% Aniversario: en el estacionamiento de los burros vuelta a la derecha y se caminan dos cuadras hacia arriba, rumbo hacia el cerro, hasta encontrar de nuevo la vereda que sigue hacia la izquierda, la cual ya no abandonamos.
Nuestro grupo consistía de Mario Presa como Guía, Elena Castillo: Abanderada y Comisionada para transportar la urna con las cenizas de Jesús Montenegro, Eduardo Verduzco Mtz: Capitán, y Luis Ossa González: Retaguardia. Ascendimos con lentitud porque llevábamos mucho peso de agua, y sudábamos abundantemente. En el camino nos deteníamos a cosechar zapotes que estaban muy dulces.
Como a las 19:00 horas dimos alcance a Coloy, cerca de La Cueva, quien pensaba que hablamos salido antes que él y trataba de darnos alcance. Nos dio mucho gusto encontrarlo por continuamos el ascenso, hasta llegar al Resbaladero cerca de las 20:00 horas. Nos sentamos a descansar, ya que la ascensión y el peso de la carga nos habían fatigado. Al poco rato llegó Ángel Pérez, a quien recibimos con agrado. Coloy nos hizo entrega del Banderín del XV Aniversario, que había permanecido bajo su custodia desde que dejamos el local de Zaragoza.
Nosotros sentimos por este banderín gran cariño y veneración, no sólo por ser el emblema de nuestro Club, sino por haber estado presente en episodios gloriosos acompañando a distinguidos miembros del Cóndor. En esta ocasión, tras años de ausencia, hace acto de presencia para despedir a Chuy Montenegro.
Mario se dio a la tarea de encender la fogata, y al rato al alegre trepidar de las brasas calentábamos tacos de harina y agua para preparar café. La cena fue deliciosa y abundante, gracias a Dios, y lo mismo puede decirse de la conversación, pues a pesar de que nos encontrábamos muy fatigados, no tuvimos tiempo ni para cantar una canción, como quería Elena, y cuando nos dispusimos a dormir, vimos con sorpresa que ya eran las 00:40 horas.
Al poco rato de habernos acostado empezó a lloviznar, pero Coloy salvó la noche porque iba provisto de dos espléndidos plásticos, gracias a los cuales pudimos dormir, pues la llovizna continuó intermitentemente durante toda la noche.
La mañana del domingo amaneció nublada y el resbaladero mojado. Yo salí a buscar un paso por la izquierda del resbaladero para tratar de evitarlo Por estar mojado. Subí fácilmente pero no encontraba forma de bajar al cañón De nuevo, cuando vi que el resbaladero empezaba a secarse y regresé al campamento. Estábamos desayunando cuando llegó el grupo que salió por la mañana, integrado por Tere, Pocho, Nava, Xavier, Xavi, Gustavo Sandoval, Beto y Yolanda Castillo, Jesús Cedillo, Sergio Sandoval, Raúl Frausto, Jorge Alberto Rodríguez, Paco Estrada, Pablo Jaime García y otros compañeros.
Ángel subió al Resbaladero y amarró el cable. Hicimos el saludo al Banderín del XV aniversario y empezamos a subir el resbaladero con todo el equipo, la comida y el agua. Arriba del resbaladero escondimos lo que no necesitábamos y continuarnos ascendiendo.
Teníamos la esperanza de que el sol secara la ruta, pero no sólo el sol no salió, sino que amenazaba continuar la lluvia. En vista de que el grupo constaba de 31 excursionistas, y de que no era conveniente arriesgar la seguridad al subir el cerro mojado, decidimos buscar un lugar para efectuar nuestra Sesión Solemne Extraordinaria, para que luego un grupo reducido llevara las cenizas de Jesús Montenegro hasta la cumbre, si las condiciones del tiempo lo permitían.
El lugar escogido fue la antigua Cabafía Jesús Montenegro, desde la cual teníamos a la vista el Pico Sur y la Cruz del Montañista. Se improvisó con una mochila un soporte ara sobre el mismo colocar la urna, y al frente de la misma, una foto de Montenegro.
Se Informó a los asistentes los motivos para cambiar el lugar de la ceremonia, Indicándoles que la principal preocupación de Montenegro y que siempre nos ha inculcado, es la seguridad del grupo. A continuación se explicó que por primera vez en 50 años de existencia, el Club Explorador Cóndor efectuaría una Sesión fuera de su domicilio social, para con ello manifestar la enorme importancia y solemnidad que dicho evento tiene para nosotros.
Como primer punto de la agenda, y a manera de Terna de Reflexión, se tocó una grabación del vals "Dios Nunca Muere", el cual constituye un bello mensaje acerca de la muerte. Acto seguido José Sánchez de la Peña dio la bienvenida a los asistentes y explicó nuestros motivos para dispersar las cenizas de Jesús Montenegro en el Pico Sur, señalando el gran cariño que Chuy le tiene a este Pico.
También recordó Pocho que muchísimos amigos muy queridos de Chuy, quienes por motivos diversos no pudieron estar en esta ocasión en el Cerro de la Silla, Espiritualmente nos acompañan en este solemne momento.
A continuación Ángel Pérez leyó el poema "Yo Quisiera Morir en la Montaña", que en una ocasión Montenegro publicó en su columna "MONTAÑISMO" en un periódicoLocal. Después Eduardo Verduzco leyó una semblanza de Jesús Montenegro.
Posteriormente se hizo una oración comunitaria por el eterno descanso de nuestro compañero y luego todos los presentes, como un homenaje a Chuy, entonamos el Himno al Club Cóndor, que Chuy escribió y puso en práctica durante toda su vida. Como último punto de la agenda se pasó lista de asistentes, y cuando al final se nombró a Jesús Montenegro, el entusiasta ¡Presente! retumbó dando ecos por el Cañón en forma imponente.
Finalizada la lista se dio por terminada la Sesión.
A manera de Recuerdo, se repartió a cada asistente una fotografía de Montenegro, con una inscripción alusiva sellada por el reverso en ese mismo paraje. El sello fue destruido en el mismo lugar a la vista de todos los concurrentes.
Durante la ceremonia el tiempo se mantuvo nublado y amenazante, pero en el momento en que la Comisión estuvo a punto de partir hacia la cumbre, el cielo se despejó, el sol brilló, y los pájaros empezaron a gorjear, dándonos la impresión de que el Cielo quería facilitarles la ascensión a la cumbre.
La partida de la escolta con las cenizas fue despedida a los sones de "La Negra", que tanto gusta a Montenegro.
La escolta de las cenizas de Jesús Montenegro se comisionó a Mario Alberto Presa, Jesús Nava y Ángel Pérez. A este grupo se unieron Gustavo Ramírez, Sergio Sandoval, Xavier Segundo Aldape, Jorge Alberto Rodríguez y el grupo de la LASEN, que gentilmente aceptó hacerse cargo de la seguridad durante esta ceremonia, Este grupo subió al Pico Sur sin contratiempo. Una vez en la cumbre se efectuó la ceremonia solemne de dispersión de las cenizas, en la cual participaron todos los presentes, utilizando para tal efecto una sencilla cuchara nueva de aluminio. Terminada la Dispersión se procedió a incinerar la bolsa de terciopelo que contuvo las Cenizas de Chuy, para lo cual primero fue empapada con alcohol De esta manera la totalidad de las cenizas fue dispersada en el Pico Sur, y el viento que en esos omentos soplaba con violencia inusitada se encargó de transportarlas hasta los más remotos Confines.
Tan pronto terminó la ceremonia de Dispersión empezó a llover, Parecía que el cielo también lloraba la partida del amigo, tímidamente al principio, después: a mares. La comitiva emprendió de inmediato el descenso, con mil precauciones para evitar sufrir un accidente bajo aquel diluvio.
Por otra parte el grupo que no subió a la cumbre descendió de la Cabaña al resbaladero, recogiendo las mochilas y se dispuso a preparar la comida, Comimos una deliciosa sopa de elote y mil cosas más, y poco tiempo después, cerca de las 13:00 horas., el cielo nublado se oscureció aún más, y un lúgubre viento helado descendió de la cumbre; a los pocos minutos empezó a lloviznar. Luego de 15 minutos de llovizna, se desató torrencial aguacero que duró cerca de dos horas. Nunca antes habíamos presenciado un diluvio tal en el Cerro de la Silla.
Al empezar a lloviznar tratamos de guarecernos bajo los árboles, pero cuando nos dimos cuenta que el diluvio no pasaría pronto, desempacamos los plásticos de Coloy, quien nuevamente salvó la situación. Nos agrupamos lo más próximos posible y nos cubrimos con el plástico grande. A pesar de lo incómodo de la situación, pensábamos En nuestros compañeros que se encontraban cerca de la cumbre, y quienes no traían consigo plásticos para protegerse. Al rato nos empezamos a cansar de tener los brazos en alto para sostener el plástico, por lo que Coloy, con ayuda de Pocho, ató cada una de las cuatro esquinas del plástico a donde pudieron, para dejarlo instalado como toldo, pudiendo así el grupo estar ‘más cómodo y con mayor amplitud.
Durante este episodio fueron notorios la alegría y el buen humor de todos los Que allí nos encontrábamos, A pesar de tener nuestra ropa mojada y de loIncómodo de la situación, sin proponérnoslo poníamos en práctica uno de los lemas favoritos de Montenegro: "Al mal tiempo buena cara" y teníamos la sensación de que Chuy estaba en ese momento entre nosotros para alegrarnos. Finalmente, cerca de las 15:15 horas empezaron a llegar nuestros compañeros de la cumbre, y dimos. Gracias a Dios por haberles permitido regresar sanos y salvos. De inmediato les ofrecimos café caliente, tacos, lonches, y otros alimentos. Un grupo de compañeros inició el descenso en medio de la lluvia, para dejar lugar bajo el toldo a los que llegaban de la cumbre. Mientras comían ellos cesó la lluvia. Después recogimos el campamento y emprendimos el regreso, llegando a la camioneta aproximadamente a las 18:15 horas.
El Club Explorador Condor
Agradece profundamente la asistencia de Socios e Invitados a este homenaje a nuestro Fundador, Asimismo agradece a la LASEN por su valiosa colaboración a la seguridad de esta Ceremonia, y a quienes estuvieron espiritualmente con nosotros durante la misma.