
La Cabaña Cóndor
Hay una Sierra en Arteaga llamada Sierra de la Marta, también conocida como el “Cerro del Morro”, ubicada en los municipios de Arteaga, Coahuila, Rayones y Galeana, Nuevo León, México, La cresta de la montaña es límite entre estos dos estados. La montaña forma parte de la Sierra Madre Oriental, Recibió su nombre por un mamífero, probablemente un tejón, que se cree que se extinguió en esta sierra durante el siglo XX.
Durante el invierno son comunes las nevadas, la nieve dura más en la ladera norte que es la que se utiliza para subir a la cima, desde ahí se pueden ver El Coahuilón, la Sierra Las Alazanas, la Sierra de la Viga y El Potosí, Un terrible y voraz incendio forestal que comenzó el 8 de mayo de 1975 destruyó cerca de la mitad del bosque de coníferas en la ladera norte, aunque los esfuerzos de reforestación han dado resultados, el bosque tardará muchas décadas en recuperarse debido a la erosión.
Doña Elva de la Peña de Sánchez, madre de José y de César Sánchez de la Peña, era propietaria del terreno en donde ahora está El Renacer de la Sierra. A raíz de los cambios originados por el incendio, nuestro Compañero Heriberto Pérez Lara concibió la idea y solicitó permiso a Doña Elva para que el Club Cóndor construyera una cabaña dentro de su propiedad.
Doña Elva y su esposo, Don Lupe Sánchez, gentiles anfitriones del Cóndor, concedieron el permiso solicitado y determinaron un área que no fue pasto de las llamas para construir la cabaña (inicialmente Heriberto solicitó permiso para construirla en un área cercana a la actual Cabaña, mucho más amplia y abierta, pero los propietarios no estaban seguros en ese momento de si dicha área era de su propiedad o bien pertenecía a su vecino, Don Felipe de la Peña, posteriormente se determinó que esa área sí es parte de la propiedad de Doña Elva). También donaron los troncos y los costerones para la construcción y la mano de obra para instalar los dos postes principales y el tronco que sirve de cumbrera de la actual cabaña.
Heriberto asumió el papel de Jefe de Proyecto para la cabaña. Solicitó a los Socios que aportaran ideas para el diseño de la cabaña. Como la cabaña de Doña Elva y Don Lupe (de diseño tradicional: paredes verticales y techo de dos aguas) en lo que ahora es el Renacer de la Sierra estaba inclinada hacia un lado, según se dijo por efecto del peso de la nieve acumulada en el techo, Eduardo Verduzco sugirió un diseño triangular por ser indeformable e hizo un plano con dimensiones que sometió a consideración de los Socios y fue aprobado.
La construcción de la Cabaña del Cóndor se inició en 1977. Fue un período de intenso trabajo todos los fines de semana, durante varios años. Poco a poco la cabaña fue tomando forma. Nuestro Compañero Jesús Guerra García aportó y transportó las láminas para el techo de la cabaña y la raza del Cóndor las instaló y pintó con pintura de aluminio. Finalmente, la cabaña quedó terminada en 1979, y en mayo de 1980 el Cóndor invitó al P. Francisco Silva para que viniera desde Ciudad Victoria a bendecir la Cabaña y oficiar una Misa en conmemoración del 40° Aniversario de la fundación del Club Cóndor.
En 1993, a invitación de Fernando Pérez Lara, presidente del Club Cóndor, el P. Silva vino nuevamente desde Ciudad Victoria a oficiar la Misa de acción de gracias por el 53° Aniversario de su fundación. En esa ocasión se tomó protesta a tres Aspirantes juveniles: Luis Alberto Castillo Maldonado, Karina Presa Frausto y Mario Presa Frausto. Fue la primera Protesta hecha durante una excursión, y fue una acertada iniciativa de Fernando, quien tomó la Protesta a los nuevos Socios (se adjunta foto).
En abril de ese año 1993, en preparación para la Misa de 53° Aniversario, se efectuó una excursión para pintar el techo de la cabaña con pintura rojo óxido (que es un eficaz anticorrosivo), porque la pintura de aluminio dura poco y pronto las láminas empezaban a oxidarse. Esa excursión fue la primera a la que asistió nuestro Compañero Julio Hernández García en calidad de invitado (y pintor) de Fernando Pérez Lara.
Desde entonces nuestra cabaña Cóndor permanece tranquila entre el bosque de pinos y ha sido escenario de grandes momentos de convivencia, así como de emotivas ceremonias y en nuestras últimas confraternidades ha albergado al museo Cóndor, en donde nuestros invitados a la ceremonia pueden ver algo de la rica historia de nuestro gran Club.